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Por: Carlos Ardila.
Amado yo, dime: ¿Con qué clase de personas te has estado relacionando? Al interactuar con otros individuos más, con relativa facilidad, podemos hacernos a una idea clara de cuál es su carácter, e identificar sus características personales distintivas, y establecer, según nuestra observación de sus actitudes y de su conducta, si son ellas morales o inmorales, sinceras o hipócritas, positivas o negativas, solidarias o egoístas.
¿Sabes qué si mezclas el azúcar con la sal, las hormigas fácilmente separan la sal y se quedan con el azúcar?
Piensa, sin hacer acepción de personas, a las cuales debes amar y respetar en general, ¿hay algunas de ellas en tu entorno con las que no te deberías seguir relacionando, dado que en lugar de influirte de manera positiva, lo hacen de un modo negativo? La Palabra de Dios dice:
«Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo» (Proverbios 23:7).
«El justo sirve de guía a su prójimo;
Mas el camino de los impíos les hace errar» (Proverbios 12:26).
