Por: Carlos Ardila.
Amado yo, quizás has oído decir que Natalia está levemente embarazada, que Juan ama a medias a su esposa, que Pedro está más o menos comprometido con su trabajo, que Francisco a veces hace su tarea del colegio.
Ahora, biológica, amorosa, laboral y académicamente, ¿te resultan razonables y aceptables las anteriores afirmaciones?
¿Puede alguien decir que es más o menos cristiano y amar al Señor a medias? ¿O estar más o menos comprometido con guardar sus mandamientos? ¿O asistir a la iglesia solo de cuando en cuando? Seguramente que sí, pero, ¿agradará con tal actitud al Señor?
La Palabra de Dios dice:
«Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca» (Apocalipsis 3:15,16).
En cuanto a ti, amado yo, ¿cuál es tu nivel de compromiso con el Señor?