Por: Carlos Ardila.
Amado yo, ante nuestros errores, generalmente los demás nos juzgan de manera implacable, y si acaso pudieran, algunos querrían destruirnos; sin embargo, frente a nuestros desaciertos y pecados, Dios extiende sobre nosotros su misericordia; su Palabra dice:
«No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen» (Salmos 103:10,11).
Aunque a causa de tus errores, los demás te hayan dado la espalda, vuélvete a Dios, quien te entiende y siempre te recibirá. Nuevamente, la Palabra de Dios dice:
«Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá» (Salmos 27:10).
Puesto que Dios es misericordioso y desea bendecirte, entrégale hoy tu corazón.