Por: Carlos Ardila.
Amado yo, en el aspecto espiritual de nuestras vidas, somos tú y yo, obras en un proceso continúo de construcción, que a diferencia de un edificio material, no terminaremos de ser edificados.
El proceso permanente de la construcción de nuestra vida espiritual exige el cimentarla sobre el Señor, y establecer los firmes pilares de la fe y la sabiduría que la sustenten, y hacer uso de la Palabra de Dios, como el mejor material para nuestra edificación.
Mientras avancemos en el proceso continúo de nuestra edificación espiritual, fallaremos, pero no hemos de abandonar, caeremos, pero nos levantaremos fortalecidos y aleccionados por la experiencia adquirida, y por sobre todas las cosas, al avanzar, siempre hemos de aprender.
La Palabra de Dios dice:
«Con sabiduría se edificará la casa,
Y con prudencia se afirmará» (Proverbios 24:3).