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Por: Carlos Ardila.
Amado yo, te has enterado tú, y he sabido yo, que algunas personas, sin que nadie se los haya solicitado, impertinentemente, se han tomado la libertad de opinar acerca de ti, de tu vida, de tus planes. En efecto, has estado siendo el blanco de la crítica, y desde luego, ha sido difícil para mí, escuchar lo que se dice ti, y la forma negativa, sarcástica y cruel en la que tus detractores se han expresado; pero, ¿dejarás acaso que ello te afecte al punto tal de hacerte desistir de ir hacia adelante? Lo que te propones alcanzar, es realmente importante para ti, y merece la pena seguir yendo en procura de ello.
Ten presente que la opinión es algo que hasta el más ignorante de los seres humanos puede poseer, y expresarla no le significa precio alguno a quien la emite, detrás de ella, suelen esconderse disfrazados los más bajos sentimientos y las más oscuras intenciones. Con todo, finalmente, una opinión desfavorable respecto de ti, es tan solo eso, una opinión que no define necesariamente quién eres tú.
Sopésalo bien, y verás que a aquellas personas a quienes realmente les importas, solo pueden surgirles las más limpias, sabias y estimulantes palabras de aliento para ti, a estas oye, la Palabra de Dios dice:
«La lengua apacible es árbol de vida;
Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu» (Proverbios 15:4).
«Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina» (Proverbios 12:18).
No te detengas, sigue avanzando, apunta alto, te irá bien.
