Por: Carlos Ardila.
Amado yo, yo sé que a veces te sientes decepcionado de ti mismo, y te preguntas: ¿Por qué piensas así? ¿Por qué actúas así?, y te llenas de vergüenza; sin embargo, en el fondo, tú sabes bien, que como todos, eres falible e imperfecto; como Dios tiene paciencia contigo, tenla tú también contigo mismo, y entrégale a Él las áreas de tu vida en las cuales no has podido superarte, y Él te ayudará a cambiarlas.
La Palabra de Dios dice:
«Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad» (II de Corintios 12:9).
No te desprecies a ti mismo a causa de tus debilidades, así como Dios te entiende, sé comprensivo y generoso contigo mismo, acéptate con tus debilidades, pero comprométete a superarlas, pon tu confianza y dependencia en el Señor, y Él te ayudará a cambiar, haciéndote la persona que deseas ser.