Por: Carlos Ardila.
Amado yo, no ha sido este el mejor día de tu vida, así de repente, han surgido algunas dificultades, y naturalmente, ello te ha afectado, haciendo que tu ánimo no sea precisamente el mejor, no te desalientes, al punto tal de caer en la frustración y en la desesperación, serénate, no entres en pánico, busca opciones, sé creativo y resiliente.
Dime, ¿puedes recordar con facilidad que situación, o qué difícil circunstancia te inquietaba diez años atrás, en un día como este? Quizás sí, o talvez no, como sea, el punto en concreto, es que, sea que lo recuerdes fácil y rápidamente, o que debas esforzar tu memoria para recordarlo, finalmente lograste superar aquello que te inquietaba.
Recuerda, como siempre vuelven las olas a sus playas, siempre, después de las tormentas que todo lo agitan, vuelve la calma, y con ella renace la esperanza.
La vida se compone de momentos, como todos, no estás exento de un mal momento, confía en el Señor y sigue adelante, todo es temporal, volverán ya pronto los buenos momentos a las playas de tu vida, y tanto en los buenos, como en los malos momentos, Dios estará contigo, su Palabra dice:
«Entonces claman a Jehová en su angustia,
Y los libra de sus aflicciones.
Cambia la tempestad en sosiego,
Y se apaciguan sus ondas.
Luego se alegran, porque se apaciguaron;
Y así los guía al puerto que deseaban» (Salmos 107: 28-30).