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Por: Carlos Ardila.
Amado yo, has de saber, que una de las razones por las cuales tiene Dios misericordia de nosotros, radica en el hecho de la imperfección del género humano, creado por Él, y expuesto al ataque espiritual continuo de nuestro poderoso enemigo.
A menudo, algunas personas se equivocan y nos defraudan, y asumimos entonces posturas críticas e inclusive descalificadoras respecto de ellas; ahora: ¿Cuántas veces has sido tú quien se ha equivocado actuando en perjuicio de los demás?
Ante nuestras debilidades e imperfecciones y las de los demás, pensemos que tanto ellas, como nosotros, necesitamos del poder y de la ayuda del perfecto Dios de amor, quien nos anima a superarnos espiritualmente cada día, su Palabra dice:
«Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros, que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado» (Gálatas 6:1).
