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Por: Carlos Ardila.
Amado yo, sabes bien, que por naturaleza, excepto algunas excepciones, los seres humanos somos, en general, seres sociales, y de manera normal, la inmensa mayoría de nosotros, procuramos el desarrollo de buenas y fructíferas relaciones interpersonales, una de las claves para el buen fluir de dichas relaciones, es la reciprocidad.
Al relacionarnos con otras personas más, salvo alguna excepción, generalmente, recibimos de ellas, el mismo tratamiento que nosotros les damos; así es que si deseamos ser tratados por los demás con amabilidad y respeto, deberemos nosotros ser amables y respetuosos con ellos.
Recuerda, por lo general, recibimos lo que damos, y cosechamos aquello que sembramos, la Palabra de Dios dice:
«Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas» (Mateo 7:12).
