Por: Carlos Ardila.
Amado yo, es posible, que sin razón, alguien te considere su enemigo. Quizás tú tengas enemigos ocultos, quienes en secreto procuren tu mal, y es un hecho que Dios, tú y yo, tenemos un enemigo en común, Satanás.
Ahora, hay ocasiones en las cuales tú mismo actúas en tu propio perjuicio, al ir en contra de la voluntad de Dios.
Acerca de su propia conducta, el apóstol Pablo escribió:
«Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago» (Romanos 7:15).
Al alejarte de Dios para seguir tus propios deseos, contrarios a su voluntad, ¿estarás siendo tú, tu mejor enemigo?
La Palabra de Dios dice:
«Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando» (Juan 15:14).
Amígate con el Señor, y obedécele ahora.