SÍ SE TE HACE DIFÍCIL
Por: Carlos Ardila.
Amado yo, yo sé bien que te has estado esforzando por el alcance de tus objetivos; sin embargo, sientes que realmente no has hecho avances significativos que te acerquen a su logro.
La Palabra de Dios dice:
«No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello, para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3:12-14).
En el anterior contexto, el objetivo del apóstol Pablo, era el logro de la perfección, es decir, de su madurez espiritual, la que, claramente, él aún no había alcanzado, por lo menos en el grado que esperaba, no obstante lo cual, él seguía yendo hacia adelante en procura de su meta.
Hay momentos en los cuales, aunque no hayamos logrado aún nuestros objetivos, sean estos espirituales o materiales, sabemos bien que debemos seguir haciendo exactamente lo mismo, y que será cuestión de tiempo el alcanzarlos; sin embargo, habrá instantes en los cuales, si se nos hace difícil el logro de nuestros objetivos, sin renunciar a ellos, quizás deberemos optar por cambiar de método, entendiendo el método como al camino que ha de conducirnos a su alcance.
¿Quizás deberías hacerlo?