Por: Carlos Ardila.
Amado yo, tú bien sabes que, en términos de tiempo, nuestras vidas comprenden tan solo tres etapas, el pasado que ya se ha ido, y del que debemos aprender, el presente que hemos de aprovechar, viviéndolo a plenitud y en el uso inteligente de todo nuestro potencial, y el futuro, que es una expectativa que soñar, visionando con fe y entusiasmo, lo que deseamos disfrutar el día de mañana.
Proyéctate hoy hacia tu futuro, haz uso de las importantes lecciones que te ha dejado tu pasado, visiona ahora lo que deseas alcanzar, y esfuérzate para alcanzarlo.
La Palabra de Dios dice:
«Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá» (Marcos 11:24).