Por: Carlos Ardila.
Amado yo, ten cuidado con algunas actitudes, tú has sido muy bendecido por el Señor, recuerda bien quién eres y de donde vienes, consérvate humilde.
Circunstancialmente, en la vida, casi todos tenemos nuestras altas y nuestras bajas, puede ser que un día estemos arriba, en la cresta de la ola, y que al día siguiente, la vida nos lleve de la cresta, las situaciones de la vida son cambiantes.
Estar hoy en posesión de algunos bienes materiales, y disfrutar de una buena posición social, no debería hacer sentir a nadie superior, para subestimar a los demás y mirarles altivamente y con desprecio.
En lugar de pensar y de actuar con arrogancia, seamos humildes cuál fuera nuestro Salvador.
La Palabra de Dios dice:
«Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída, la altivez de espíritu» (Proverbios 16:18).
«Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes» (Santiago 4:6).